Pastoral Penitenciaria



La Pastoral de la Salud está visitando la los detenidos que están internados en Centros Hospitalarios tres o cuatro días por semana. Para sentir lo que se experimenta en estas visitas transcribimos la impresión de una de las voluntarias.

Durante este curso asiduamente tres voluntarios de la Pastoral de la Salud, con el permiso pertinente, hemos proseguido las visitas a las celdas de los detenidos. Dichas visitas son acogidas con agradecimiento, excepto raras ocasiones. Ellos necesitan hablar, que les dediquen un tiempo sin prisas y ser tratados como enfermos, como personas, no como detenidos. 


Al apreciar que te interesas por todo lo que te dicen van abriéndose más y admiten reflexiones positivas expresadas con cariño puntualizando mucho hacia el futuro y no machacar el pasado. 


Casi siempre piden que les traigas tabaco y otras cosillas, como papel y sobres, sellos, bolis. A veces algo de tipo más dudoso; en estos casos les explicas que necesitamos el permiso de los policías; lo aceptan, no insisten ni protestan si no lo haces, y si es posible se lo razonas. 


Es muy importante que comprendan y experimenten nuestra misión, “estar” con ellos y que toda su problemática nos interesa, sin paternalismos, que brota de nosotros una entrega fruto del amor. 


También hacemos de puente entre ellos / as y sus familias. Las visitas a estos enfermos son muy diferentes a las visitas habituales a otros enfermos o personas con deficiencias, pero si cabe, por qué no decirlo, son muy gratificantes.